La seguridad en conciertos y espectáculos

Sin lugar a dudas, nuestra sociedad está alcanzando unos niveles de bienestar como nunca antes habíamos conocido, y esta situación de bonanza económica nos lleva a invertir buena parte de nuestro tiempo en actividades de ocio, como espectáculos deportivos, teatrales, de música, museos, salas de proyecciones, etc.

En España, todas las actividades recreativas están perfectamente tipificadas, y la seguridad se considera un elemento indispensable para garantizar que nuestro tiempo de ocio no se convierta en una experiencia negativa.
La elaboración y la implantación de planes de seguridad perfectamente definidos para cada evento y para cada lugar de celebración de espectáculos públicos han adquirido una importancia cada vez mayor. Tanto es así que en la actualidad estos planes de seguridad son requisitos indispensables para conseguir la autorización que permite organizar y celebrar estos eventos.

El hecho de que la Administración Central, mediante el Real Decreto 2816/1982 de 27 de agosto, aprobara el Reglamento General de Policía de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas, es un claro testimonio de hasta qué punto la seguridad se considera indispensable a la hora de organizar una actividad de ocio multitudinaria. También podemos hacer referencia a otras normas que a nivel estatal son muy importantes como la Ley Orgánica 1/1992, de 21 de febrero sobre Protección de la Seguridad Ciudadana, así como destacar que la mayoría de las Administraciones Autonómicas tienen normas al respecto, sirva de ejemplo la Ley 17/1997 de 4 de julio de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas de la Comunidad de Madrid.

En relación con los planes de seguridad para eventos y espectáculos, hemos de tener presente que, además del plan general de seguridad, éstos deben contener también un plan de emergencia.

¿Qué hay que tener en cuenta para la confección de un plan de emergencia y evacuación? Han de tenerse presentes los riesgos principales que nos podemos encontrar en cada espectáculo, que varían con respecto al tipo de show, al perfil de los asistentes, al entorno donde se celebra el evento, etc.; el dispositivo de seguridad mínimo necesario, tanto para las zonas interiores como para las exteriores; y el encauzamiento del público en los accesos al recinto, tanto para entrar al acontecimiento como para desalojar ordenadamente el mismo.

Tampoco hay que olvidar las distintas zonas de seguridad que se crean durante el espectáculo, y que adquieren una importancia extrema en algunos casos, como la zona acotada para minusválidos, la zona de emergencia y primera intervención, el pasillo de desalojo de heridos o el centro de coordinación de emergencias, donde todos las fuerzas de seguridad y protección civil que cubren el evento disponen de personal para que exista una comunicación fluida y rápida entre todos sus miembros, policías nacionales, guardias civiles, policías municipales y/o locales, personal de ambulancias y de la Cruz Roja, agentes de protección civil y de seguridad privada, auxiliares de servicio, etc.

En todo plan de seguridad para eventos se tienen en cuenta las principales actuaciones de prevención de riesgos, entre las que se encuentran la señalización específica de evacuación, la colocación de los refuerzos de medios de extinción de incendios en puntos estratégicos, la disposición de los puntos de atención de primeros auxilios en zonas estratégicas, la ubicación de personal auxiliar en zonas esenciales y puertas para el control de la posible evacuación, etc.

¿Quién coordina el dispositivo y quién lo supervisa? Esta es una pregunta que nos hacemos en cuanto concurren en la organización de la protección tantas personas y fuerzas del orden, emergencias, etc. Pues bien, la coordinación de los dispositivos de vigilancia es una competencia de los directores de seguridad contratados para los distintos espectáculos, que normalmente son los propios responsables de las empresas de seguridad privada que participan en los dispositivos de seguridad, y siempre cuentan con la participación del responsable de la organización que designe el promotor del evento.

De la supervisión de los dispositivos se ocupa la autoridad gubernativa, representada normalmente por los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.

Los vigilantes de seguridad durante el evento son los que han de cuidar las zonas sensibles, como camerinos o vestuarios, zonas VIP, prensa, zonas de primera intervención, etc. Cuando finaliza el evento, los vigilantes de seguridad ya se han asegurado de que las vías de evacuación estén totalmente despejadas de vallas y obstáculos, han abierto todas las puertas necesarias y colaboran en el encauzamiento de la salida del personal que se encuentra en el interior.

¿Qué papel juegan los vigilantes de seguridad en los grandes eventos? Sin duda un papel relevante, ya que, además de ser los encargados de muchas funciones que les vienen dadas por la propia reglamentación de seguridad privada, en este tipo de acontecimientos se convierten también en profesionales que realizan una función «parapolicial». Así, son los responsables de evitar que accedan personas con armas e instrumentos u objetos contundentes que puedan utilizarse como armas arrojadizas o de cualquier otro tipo, cometido que cumplen mediante los cacheos que practican en los controles de accesos.

Estas mujeres y hombres vigilantes de seguridad trabajan bajo una gran presión por varios motivos. En primer lugar, aunque por razones sólo parcialmente coincidentes, los organizadores del espectáculo y la policía que es responsable del tráfico quieren que el público espere lo menos posible en las largas colas que a menudo se forman. Éstas pueden crear problemas de circulación en los alrededores y resultan muy incómodas para los asistentes. Sin embargo, la debida atención de este objetivo a menudo está reñida con la aplicación de unas medidas de seguridad adecuadas, puesto que para ser efectivas los vigilantes deben dedicar algún tiempo al registro de los asistentes. En segundo lugar, aunque el público quiere seguridad, al mismo tiempo, no le resultan agradables los registros meticulosos. En resumidas cuentas, el trabajo de los profesionales que velan por la seguridad en estos eventos se enfrenta a una tarea complicada, estresante y bastante ingrata.

Fuente: TodoSeguridad.com

Fecha: 23 mayo 2007