Tragedia en el Madrid Arena

Tres chicas mueren aplastadas en una fiesta de Halloween

 

Tres jóvenes han muerto asfixiadas y dos se encuentran en estado crítico al resultar aplastadas en una multitudinaria fiesta de Halloween, que se celebraba en el pabellón deportivo Madrid Arena de la capital, junto a la Casa de Campo y propiedad del Ayuntamiento. Las víctimas tienen entre 18 y 20 años y son todas españolas. La Policía, que investiga si se respetaba el aforo —de un máximo de 12.000 personas— y si las medidas de seguridad eran las correctas, habla de una «avalancha» y apunta a una bengala como origen del suceso, que los testimonios sitúan no en la pista de baile sino en un pasaje del terror situado debajo.

Las familias de las víctimas están localizadas y avisadas. Una de las fallecidas es Katia Esteban Casielles, nacida en 1994 en Madrid y que vive en Daganzo, otra Rocio Oña Pineda nacida el mismo año también en Madrid. Hay una tercera que había sido en un principio identificada erróneamente, pero finalmente es Cristina Arce de la Fuente. Las dos ingresadas son María Teresa Alonso Vinateo, nacida en 1992, que está en el hospital Jiménez Díaz, y Belén Langdon Real, en el Doce de octubre, informan Jesús Duva y Francisco Javier Barroso.

En el recinto, que ha sido desalojado muy lentamente por los agentes para evitar otro incidente, se celebraba el Thriller Music Park, una fiesta temática con música electrónica y de ambiente de terror, según la web del pabellón. La empresa organizadora, Diviertt, había alquilado el lugar y contratado como es preceptivo un servicio médico, que «se ha visto desbordado por el suceso», según Emergencias. De momento, no ha sido posible contactar ni con responsables del recinto ni con la organizadora para conocer el número de entradas vendidas, aunque fuentes del Consistorio explican que se había autorizado un aforo menor al total, de 10.600 personas, pero que la empresa asegura que no estaba al completo. «No se habían vendido todas las entradas», subrayan las fuentes municipales, que califican el suceso de «agolpamiento en un recinto pequeño». A las doce y media de la mañana, el Ayuntamiento ha informado de que el vicealcalde, Miguel Ángel Villanueva, comparecerá para explicar lo sucedido.

La tragedia se ha producido sobre las cuatro de la mañana. Unos 50 efectivos de Emergencias Madrid, entre médicos, enfermeros y técnicos, han acudido al lugar tras recibir una llamada de alerta a las 4.05 de que había dos personas «inconscientes y en parada cardiorrespiratoria». La primera unidad sanitaria «ha tardado apenas dos minutos en llegar», según Emergencias Madrid, y a continuación han acudido cinco UVI móviles, cuatro ambulancias básicas y varios vehículos de apoyo.

Allí, según ha informado a este periódico un portavoz, se han encontrado que «no son tres chicas en parada cardiorrespiratoria sino cinco». La causa de la parada, que deberá confirmar no obstante la autopsia, es de «origen traumático por aplastamiento, posiblemente al sufrir una caída y ser arrolladas», ya que había un gran número de personas concentradas.

Según Emergencias, a tres chicas se las ha atendido en el propio espacio de botiquín del recinto, donde las ha auxiliado en un primer momento el servicio médico contratado por los organizadores. Allí se ha certificado la muerte de dos de ellas tras más de 30 minutos de intento de reanimación. Las otras dos han sido atendidas en otros dos puntos distintos del recinto, «pero todas habían resultado aplastadas en el mismo movimiento».

Una tercera, a la que «se trasladado en ambulancia manteniendo las maniobras de reanimación  cardiopulminar», ha fallecido nada más llegar al hospital Clínico y otras dos han sido conducidas una al Doce de Octubre y otra a la Fundación Jiménez Díaz. «Se les ha logrado revertir la parada y que recuperaran el pulso, se las ha estabilizando y entubado pero se encuentran en estado crítico, muy mal», añade el portavoz de Emergencias. Los cuerpos de las tres víctimas se encuentran en el Instituto Anatómico Forense, donde a lo largo del día se les practicará la autopsia. En el lugar se encuentran ya familiares y están acudiendo padres que no logran encontrar a sus hijas y que temen que sean las víctimas.

La Policía Nacional, que de momento no tiene una estimación de cuánta gente había congregada, investiga las circunstancias del suceso. Una portavoz de la Jefatura ha explicado a EL PAÍS que, sobre las cuatro y media de la mañana, «se han empezado a recibir llamadas al 091 desde el interior del recinto en las que se comunicaba que se había producido una avalancha». La Policía ha enviado varias patrullas y ha «comprobado con Emergencias que ya estaban atendiendo a varias personas a causa del suceso».

Los agentes han entrado en el recinto, donde han certificado que «se ha producido una avalancha». Según las primeras investigaciones, alguien «ha lanzado una bengala en el interior», lo que ha desatado el pánico alrededor y ha hecho que mucha gente empezara a correr en todas direcciones y a rodar por el suelo. Una joven que estaba en la fiesta, de nombre Sandra, ha declarado a la Cadena SER que sólo una de las salidas estaba abierta. «Había un tapón humano en la única salida, porque todas las demás estaban taponadas, precintadas». «Había gente llorando, aplastada, personas de seguridad tirando de los que estaban atrapados», cuenta.

La testigo asegura haber visto a una chica sin sentido a la que «un camarero trataba de reanimar» hasta que han llegado los servicios de emergencia. La joven denuncia que ha sido «como en la Love Parade», en referencia a la tragedia ocurrida en una fiesta en Duisburgo, al oeste de Alemania, en la que 20 jóvenes murieron aplastados en julio de 2010.

Otro joven que participaba en la fiesta, Aitor Santos, de 22 años, ha explicado a este periódico que, aunque él no ha sido testigo directo, otros amigos que estaban allí le han contado que la estampida se ha producido en concreto «dentro del pasaje del terror, que se encontraba en el subsuelo y al que se accedía por unas escaleras de la pista de baile».

«No me había enterado de nada, lo he visto en Twitter al llegar a casa y he vuelto aquí a buscar a un amigo que no me coge el teléfono», admite Santos, que añade que «arriba, los accesos eran buenos, las puertas estaban abiertas, al menos había 10». En los alrededores del recinto, que está cerrado, todavía deambulan a las diez de la mañana personas que siguen de fiesta.

Como primera medida, la Policía ha decidido desalojar el recinto, al considerar que «corría riesgo la seguridad de los que estaban dentro», pero para evitar que volviera a producirse una avalancha o cualquier otro tipo de incidente «se ha procedido a evacuar poco a poco la fiesta con total normalidad y sin ningún incidente», ha subrayado la misma portavoz, que ha hecho hincapié en que el proceso ha sido han lento y cuidadoso que los últimos en salir lo han hecho «a las 6.50».

Los investigadores se centran ahora en determinar si había un exceso de aforo, si el reciento contaba con las salidas principales y de emergencia abiertas y señalizadas y si las medidas de seguridad eran suficientes. Aitor Santos sostiene en cambio que «no se ha desalojado en ningún momento». «Tanto yo como mis amigos salimos cuando quisimos, de hecho, ni nos enteramos de lo que había pasado», añade.

Sobre el número de asistentes, una joven, Patricia Loeches, ha escrito en su cuenta de Twitter: «Pues ya en el metro de vuelta. Sin palabras INCREIBLE. Una imagen lo dice todo». “Es una vergüenza que se vendan el doble de entradas de la capacidad de un sitio para ver a Steve Aoki», denuncia @karxu en Twitter que estuvo en la fiesta. Y añade en otro mensaje “Levantando cadáveres en nuestra cara… increíble esto”. Ernesto Moreno también se queja de que había demasiadas personas en la sala. «El aforo era de 10.000 y había 20.000».

El recinto, que se alquila para ferias, conciertos, eventos deportivos y todo tipo de espectáculos, tiene 30.000 metros cuadrados de superficie, en los que caben 12.000 personas. Pertenece a la empresa municipal Madrid Espacios y Congresos. Allí juega al baloncesto el Estudiantes y hasta hace un par de años se celebraba el Máster de Tenis de Madrid. La macrofiesta Thriller Music Park, cuyo precio de entrada era de 22 euros. Prometía «atmósfera tétrica y divertida conseguida gracias a los efectos visuales y sonoros» con algunos conocidos pinchadiscos, según la página web de Madrid Espacios y Congresos. La organización sugería acudir con disfraces inspirados en el vídeo de Thriller, de Michael Jackson, y anunciaba como estrella de la fiesta a Steve Aoki, además de Julien Leik, Autoerotique, Army of the Universe y Ed is Dead.

En los últimos meses se han registrado en Madrid varios incidentes con heridos en fiestas, el último el 14 de octubre, una batalla entre jóvenes y policías que causó 37 heridos y 11 detenidos en el barrio del Pilar. El 22 de septiembre, hubo 11 detenidos y 60 heridos leves en el festival MTV de Madrid.

ElPais.com   01/11/2012